Huye para no caer preso en su cárcel. Aquella cárcel donde quedan varados todos aquellos sentimientos que un día se perdieron y fueron abandonados.
Aquellos sentimientos que se quedaron enclaustrados a los barrotes de la mendicidad esperando ser rescatados por alguien que los abandonó en las trincheras del amor, derrotados en guerra con una esperanza efímera y eterna de ser recogidos por un fantasma que ya ni existe.
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