Sentados en un banco, solos ante el mundo.
Una mirada, un abrazo, una sonrisa.
Aún no entienden por qué ellos dos.
Porque ellos dos, para ser las presas de Cupido.
Quizás la casualidad de los hechos…
Pero ella sabe que no es así, nada sin motivo.
Se miran, se quieren, se susurran.
Conversan de su historia, sus comienzos.
El inicio de una bonita y dulce etapa.
Ella llora, él sonríe. Son felices, viven felices.
‘’ Me encanta verte llorar… Me demuestras tus sentimientos’’
Ella suspira, él le abraza fuerte, no la suelta.
Entonces es cuando ella lo mira fijamente…
Le dice uno a uno los motivos y razones, por lo que lo quiere.
Quizás nunca nadie le aportó lo que él.
Aun así le responde, que ella es importante para él.
Y sin esperarlo, sus ojos comienzan a ponerse lagrimosos.
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