Si nos paramos a pensar en todos los momentos de nuestra vida. Puede que los dividamos en dos, los buenos y los malos. Pero podemos decir que los malos son los que ocurren primero, antes de que aparezcan los buenos. ¿Sabemos por qué? Quizás siempre tengan que seguir una jerarquía y podría ser, quizás sea porque pasa sin más. Pero la cuestión verdaderamente importante es como cogemos y valoramos esos momentos.¿Se puede llegar a pensar que los malos hayan sido en el fondo buenos?
Pues puede que sí, incluso yo me atrevería a decir que sí. Que esos malos momentos son los que nos abren los ojos, los que hacen que corrigamos nuestros fallos, los que nos abren puestas diferentes. Que son aquellos que pueden evitarnos lo peor en nuestra vida. Y es verdad. Reflexiona. ¿ No ves que esto es cierto?¿A qué no te has arrepentido de que sucediera? ¿A qué ahora te alegras que haya pasado?
Es como algo que nos impide hacer lo incorrecto, una barrera. Y si volvemos a pensar. ¿ A qué ahora son buenos? Son buenos porque nos llevan a las situaciones que al fin y al cabo te gustaría tener. Asi que no digas que vives un mal momento miralo bien, ahora ya sabes que no es malo, es un paso para tu felicidad y tu meta.
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